¡¡Buenos ayudantes!! – M. L. Estefanía

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Matt Atkinson, acompañado por su hermana Ruth, entro en el despacho que tenía en la parte del inmenso rancho, destinada a los caballos de carrera. Bert, el preparador, se puso en pie al entrar los dos.

—Veamos, Bert… ¿Conserva los datos de «Star» y «Blackie»? —Desde luego. Conservo el dossier de los dos desde que nacieron. —¿Quiere buscarlos y me los entrega mañana? —Los tendrá preparados. ¿Es que se sabe algo de ellos?

Sobre el Autor:

Marcial Antonio Lafuente Estefanía (Toledo, 1903 – Madrid, 1984). Fue un popular escritor español con un bagaje de unas 2600 novelas del oeste, considerado el máximo representante de este género en España.

Además de publicar como M. L. Estefanía, utilizó seudónimos como Tony Spring, Arizona, Dan Lewis o Dan Luce; y para firmar novelas rosas, María Luisa Beorlegui y Cecilia de Iraluce.

Fue ingeniero industrial y ejerció en España, América y África. Entre 1928 y 1931 recorrió gran parte de los Estados Unidos, lo que le sirvió luego para ambientar sus historias, cuyos detalles de atmósfera y localización son rigurosamente exactos. Tras la Guerra Civil estuvo en España varias veces encarcelado como republicano, y luego marchó al exilio.

Regresó y vivió en Madrid, pero fue un enamorado de Arenas de San Pedro (Ávila), donde residió mucho tiempo. Escribió su primera novela del oeste en 1942, con el título de La mascota de la pradera y firmó un contrato con la Editorial Bruguera que le llevaría a producir alrededor de 2600 novelitas en formato octavilla de no más de cien páginas.

Para componerlas a veces se inspiró en el teatro clásico español del Siglo de Oro, sustituyendo los personajes del XVII por los arquetipos representativos del oeste. Estas violentas historias inundaron España e Hispanoamérica y se hicieron muy populares como literatura de pasatiempo, incluso en Estados Unidos, donde la universidad de Tejas las grabó para que los ciegos de origen hispano pudieran escucharlas.

Sus dos hijos, Francisco y Federico, colaboraron con su padre en la escritura de sus últimas novelas bajo el nombre genérico del padre, cuyas obras alcanzaron reediciones continuas de 30 000 ejemplares. Murió de pulmonía en Madrid y está enterrado en el cementerio de la Almudena.


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