El ascenso del hombre – Jacob Bronowski

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Este clásico del doctor Bronowski traza el desarrollo de la sociedad humana a través de nuestra comprensión de la ciencia. Publicado en 1973 junto con una innovadora serie de televisión de la BBC, es considerado una de las primeras obras de divulgación científica, que ilumina el contexto histórico y social del desarrollo científico para una generación de lectores.

Bronowski analiza la invención humana desde la herramienta de pedernal a la geometría, desde la agricultura a la genética y desde la alquimia a la teoría de la relatividad, mostrando cómo todas ellas son expresiones de nuestra capacidad de comprender y controlar la naturaleza.

Un viaje a través de la historia intelectual con el fin de encontrar «los grandes monumentos de la invención humana»: la isla de Pascua, Machu Picchu, la biblioteca de Newton y el observatorio de Gauss, la Alhambra y las cuevas de Altamira.

En cada lugar, Bronowski considera las cualidades del pensamiento y la imaginación que hicieron que el hombre, primero, analizara el mundo físico para, a continuación, explorar las leyes y estructuras invisibles por encima y por debajo de su superficie. El hombre asciende al descubrir la plenitud de sus propios dones, y lo que va creando en el camino son «monumentos» en las etapas de su comprensión de la naturaleza y de sí mismo.

Sobre el Autor.

Jacob Bronowski (?ód?, actual Polonia, 1908 – East Hampton, Nueva York, Estados Unidos, 1974). Fue un matemático polaco de origen judío nacionalizado británico, célebre sobre todo por su serie de divulgación científica para la televisión El ascenso del hombre, a partir de la cual se publicó luego un libro con el mismo título.? Esta obra, que describe en 13 capítulos la historia del desarrollo intelectual del ser humano, sus ganancias y sus pérdidas, sus dolores y sus aciertos, lo convirtió en uno de los más importantes divulgadores de la ciencia y, a la vez, en uno de los pocos representantes (el primero, quizá) de un humanismo renacentista en pleno siglo XX.

Fue también poeta, inventor, autor teatral, humanista y publicó un total de once libros. A su muerte, trabajaba en el Instituto Salk de Estudios Biológicos, en La Jolla, California, Estados Unidos.

Con motivo de la gran herida causada a la humanidad por la equívoca aplicación de los avances teóricos de la física atómica durante la Segunda Guerra Mundial (el gran número de pérdidas humanas, en particular debido a las bombas atómicas arrojadas sobre Nagasaki e Hiroshima), cambió sus intereses, al igual que muchos otros físicos teóricos y físicos aplicados de su época, por las ciencias humanas y las ciencias de la vida (la biología).


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